Vestir al niño Dios el 2 de febrero una tradición que perdura en Anunción Nochixtlán

Anunción Nochixtlán, 04 Febrero 2025.- Familias nochixtecas se preparan con anterioridad para recibir el Día de la Candelaria, y una de las tradiciones es vestir al niño Dios.

En el interior del mercado municipal Eliseo Jiménez Ruiz, en el pasillo de la virgen de la Asunción, se respira un ambiente festivo y lleno de tradición, con la llegada del Día de la Candelaria, cientos de fieles acuden a este lugar en busca del atuendo perfecto para vestir a su niño Dios este 2025.

La variedad de opciones es inmensa, desde los clásicos trajes de ropón o hecho a mano para bautizo, hasta representaciones de imágenes religiosas como la Virgen de Guadalupe, el señor del calvario o el diseño que pida el cliente.

Vestir al niño Dios, una tradición que perdura por tercera generación.

Desde la apertura del mercado municipal en el centro de Nochixtlán, don Cirilo Cruz fue uno de los primeros de dedicarse a la venta de ropa de niños dios, inculcando este oficio a sus hijas, quienes continúan con este bello arte, quienes por generaciones se han encargado de mantenerse, los artesanos se dedican a crear estas pequeñas obras de arte con telas de alta calidad y acabados impecables.

Alfonso sosa, quien ya es la tercera generación, mencionó que “primero empezó a vender mi abuelito Cirilo aquí en el mercado, mi mamá lo ayudaba, después que él falleció retomo el vestir niños mi tía Lola, por el año 2000 lo volvió a retomar mi mamá, después de que ella falleció en el 2021 lo retome yo, estamos hablando de la 3 era generación ya en dedicarnos a vestir a los niños dios para esta temporada”.

“Ya es una tradición, el niño se arrulla el 24 y en cada casa en cada hogar hay varios niños, que el día dos de febrero se lleva a misa ”.

La venta de ropa para el niño Dios es un negocio que se ha transmitido de generación en generación, los artesanos ponen todo su corazón en este trabajo, pues no sólo los visten, también se encargan de restaurarlos.

Los precios de estos atuendos pueden varían, desde los 220 hasta los 1680 pesos, lo que los hace accesibles para todos los bolsillos.

Sosa menciona que “Esta tradición, lejos de desaparecer, se mantiene más viva que nunca, demostrando que la fe y las costumbres ancestrales siguen siendo parte fundamental de la identidad, cada vez hay mas personas que se dedican a este oficio”.

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